La participación como motor político

«Para responder a las necesidades de la población debemos caminar tres lunas con los mocasines de la gente» (Proverbio Indio)

He considerado que los objetivos fundacionales de cualquier partido político deben marcar el eje de trabajo de la organización.

En mi caso, el PRC de Cantabria tiene entre sus objetivos fundamentales la escucha activa de las clases populares en todas las inquietudes y necesidades, y la cercanía en la forma de hacer política como herramienta del día a día de la participación ciudadana que el propio PRC debe ofrecer.

El retroceso electoral experimentado en los principales municipios en los pasados comicios, exige mas que nunca la potenciación y el impulso del propio PRC como organización política.

Ello implica, sin duda, hacer un partido mas fuerte si queremos cumplir esos objetivos. Nuestro desafío en este contexto pasa por la mejora continua de la organización y la acción política como motor para conseguir nuevas metas.

Un paso más en lo que algunos llaman la Política 2.0, que supone ni mas ni menos que nuevas formas de hacer política Regionalista: fórmulas en las que el Regionalismo que hacemos desde el PRC sea mas participativo y que permita involucrar mas activamente a los ciudadanos en las decisiones altruistas relativas a los asuntos públicos.

Un concepto emergente ligado a un conjunto de actitudes y valores relacionados con la participación, la cercanía y el diálogo directo con el ciudadano, elementos ya interiorizados por el ADN del PRC desde su fundación y que aportaría sin duda valor añadido a la organización.
El modelo tradicional de hacer política basado en el mensaje unidireccional,y que no permite interactuar suficientemente, debe evolucionar con los nuevos tiempos.Y en ello, las Nuevas Tecnologías deben jugar un papel fundamental.
Cada vez mas estudios hablan de la emocionalidad y el comportamiento humano en las organizaciones como parte de la mejora continua. Por ello, el PRC debe avanzar hacia valores de horizontalidad, cooperación, igualdad de oportunidades y participación que predominan en la nueva Política 2.0.
Se debe tender cada vez más, a la meritocracia, a que cada militante es influyente en función de lo que comparte y transmite a la sociedad, en un ambiente de igualdad de oportunidades y de absoluta democratización de ideas y opiniones, elementos no presentes en la mayoria de los partidos políticos, que necesitan de una mayor apertura, transparencia, participación de las bases y democracia interna.
Debemos abrirnos más hacia la sociedad, asumiendo cambios culturales, estructurales y orgánicos hacia unos valores que cada vez son más predominantes en la sociedad actual.
Ese será nuestro hecho diferencial que nos hará salir mas fuertes de la actual coyuntura, mas cercanos, y con una estructura perfectamente adecuada a los nuevos tiempos.
Hace falta voluntad y ganas por parte de quienes componemos el Partido, de dar pasos en esa dirección, dando voz a los ciudadanos en las decisiones políticas. Y evitando los estados de conformismo que inhiben la participación. » Vivir en una burbuja no es bueno».

2 comentarios en “La participación como motor político

  1. Gracias Paco. Tu escrito es un claro ejemplo de verdadera democracia.
    Cuando uno imparte charlas sobre educación ante un auditorio de progenitores se hace hincapié en que los padres somos modelos de referencia para nuestros hijos y que, por tanto, nos debemos esforzar para ser el mejor ejemplo posible.
    Los partidos politicos son la base de la democracia representativa y debieran funcionar en su dinámica interna como un modelo de participación interna y de representación de los intereses y necesidades de los ciudadanos.
    El problema es que, para muchas capas sociales, las organizaciones «representativas» en esencia no lo son: cada vez más los trabajadores no se sientes representados por los sindicatos que afirnan representarlos, los ciudadanos no se sienten representados por los partidos y políticos que dicen encarnarlos.
    Hay un proverbio japonés que dice que cuanto más arriba subes, más debes agachar la cabeza. Para mi significa dos cosas: la humildad (lo contrario de prepotencia) que debe guiar la actuación del servidor público y el no perder el contacto de la realidad de los sentires, preocupaciones, necesidades del ciudadano al que el político representa

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