En mi descanso veraniego habitual por aguas del Mediterráneo, y a la sombra de un olivo y una palmera (muy simbólico y muy típico, lo sé), contemplo el cielo azul y despejado. La claridad del cielo, habitual y sempiterno en estas latitudes, y lo placentero de unas vacaciones, me permiten divisar con mas distancia y tranquilidad todo lo que acontece en el panorama político y social.

Si a eso le añadimos que en la actualidad no tengo vinculación ni compromiso político con ninguna fuerza política, la nueva etapa política que se abre para Cantabria la podré contemplar con total libertad y neutralidad. Sin prejuicios ni predisposiciones partidistas.

La clave de esta legislatura estará en las personas, muchas, miles de ellas lo están pasando mal. Y la acción de las instituciones y partidos deben encaminarse a mejorar esa realidad. Y en la medida que lo hagan bien, lo apoyaré, y en la medida que lo hagan mal, lo criticaré. No se trata de los habituales cien días que se da a cualquier gobierno, sino que día a día los acuerdos, las decisiones o los pequeños/grandes detalles sean los correctos para enderezar el rumbo.

Desde esta claridad de cielo azul veraniego y mediterráneo, sin anclajes del pasado y sin presión de ningún tipo, este cuaderno de notas irá recogiendo lo de bueno/malo que se vaya produciendo. Que por la cuenta que nos tiene a todos los cántabros, espero que sea lo primero.

Con claridad en el horizonte.