Este verano de 2017 será recordado por lo irregular de su climatología en Cantabria.
A un día soleado le siguen dos o tres más bien cubiertos, o pasados por agua.
La realidad política en Cantabria sigue el mismo camino, por mas que pregone lo contrario nuestro Presidente.
El Sr. Revilla lleva unos meses queriendo vender lo bien que va Cantabria desde que ocupa la presidencia, la llegada de miles de turistas que inundan Cantabria por su sola presencia mediática, y cuando mas lucía el sol a su modo de ver, el cielo del mes de Julio se encapota y le suelta unos jarros de agua fría.
Uno, a través de las cifras del INE, y que sitúan a Cantabria como la única Comunidad Autónoma junto con Navarra, en la que aumenta el desempleo en el Segundo Trimestre de 2017, rompiendo la tendencia generalizada en el conjunto del Estado.
Dos, el Instituto de Estudios del BBVA, que analiza periódicamente la economía de España, habla del ocaso del Noroeste peninsular, y cita a Asturias, La Rioja y Cantabria a la cola de la recuperación económica, afirmando que en el actual escenario económico, Cantabria no llegará a alcanzar la media de la recuperación económica en los próximos tres años.
Así, las predicciones de Revilla de un imaginario verano soleado e infinito, que sólo habita en sus sueños, se ha tornado en nubes y alguna que otra lluvia. Tal cual lo que ha ocurrido, climatológicamente hablando, este mes de Julio de 2017.
Dice el refrán que «nunca llueve a gusto de todos», y en este punto habría que incluir sobre todo a ciertos políticos como el Sr. Revilla, que confunden sus deseos con las realidades, y al mismo tiempo pontifican desde pizarras televisivas lo contrario de lo que realizan desde su acción cotidiana de gobierno.
El consuelo que nos queda a los demas es «que nunca llovió que no escampó».