En los libros de Derecho hay una frase que dice:»La ley para los amigos se interpreta, para los enemigos se aplica«.
A la vista de la última sentencia del Tribunal Constitucional que declara inconstitucional la famosa «amnistía fiscal» del ministro de Hacienda, Montoro, esta frase parece que está mas de actualidad que nunca.
En las veintidós páginas que tiene la sentencia me quedo con dos ideas:
Una, que la sentencia declara que la idea de permitir que unos cuantos privilegiados puedan blanquear su dinero a través de un tipo reducido de impuesto, por la puerta de atrás es «inadmisible«.
Otra, que es la que mas puede doler al común de los mortales, es la que manifiesta que existió una trama urdida para que unos pocos ciudadanos y situados muy cerca del poder pudieran pagar bastantes menos impuestos que el resto de contribuyentes, a los que al final de mes no suele quedarnos mucho dinero en el bolsillo.
Esta sentencia del Tribunal Constitucional en pocas páginas resume a la perfección el adagio de la «Ley del Embudo». Y así, hasta la próxima campaña del IRPF, en que los que aplican la famosa Ley nos pasarán el «cepillo». Una ley inmutable la del Embudo. Aunque la declaren inconstitucional.